top of page
Foto del escritorPortal Sur

Éxodos sudamericanos

Cuando hablamos de éxodos, lo primero que se nos viene a las mientes es el relato bíblico del pueblo judío escapando de la esclavitud en Egipto, y lo último, lo más reciente, lo que viene acaeciendo semana tras semana, día tras día, con la indisimulada invasión islámica de Europa atacando sin disparar un tiro a través del mar Mediterráneo y por tierra tratando de vulnerar las fronteras de Europa del Este.

 Desde las pateras asaltando Canarias, Italia, Grecia, los puntos más salientes del Mediterráneo y el Atlántico más accesible, partiendo del norte de África, hasta los ciclistas equipados por Rusia, que con los rodados que los empoderan, van a rematar esencialmente en los países Bálticos.


La Tierra Prometida de esos migrantes, el que se considera el mejor destino final, al parecer es Alemania, lo que no obsta para que se vayan desgranando en los lugares que se presentan propicios, alzando miles de mezquitas y alterando visceralmente los modos de vida y la idiosincracia de los países invadidos. Solo hay frenos parciales a esa avalancha islámica en el antemural histórico del mundo occidental: Hungría y Polonia, y en otros sitios que al parecer presentan indicios de auto preservación, como Finlandia.


La Agenda 2030, es un excelente caldo de cultivo para la fenomenal presión demográfica islamita, entre otras razones porque al cada vez más bajo nivel reproductivo de los europeos, se suman los calendarios feministas, y LBGTQ, con sus cuestiones de género y de derechos corporales absolutos, incluso las flamantes incorporaciones de los seres "sintientes" y todo aquello que de alguna forma desnaturaliza el orden biológico ancestral.


En el plano religioso, la sustitución de los criterios de evangelización por el universalismo ecuménico, es otra compuerta más por la que fluyen holgadamente las corrientes islamizadoras. El principal dique opuesto a la inundación musulmana con trasfondo religioso, es el Estado de Israel, que también tiene una fuerte impronta teocrática.


En América, un fenómeno de análoga índole – lo migratorio -, tiene como destino último a los Estados Unidos, provocando desplazamientos masivos de poblaciones que, étnicamente, cabría englobar como mestizas, diametralmente opuestas a los criterios WASP (White - anglo saxon . protestant) que han fogoneado el histórico racismo estadounidense. Como alternativas de segundo orden, y con características espasmódicas que no las largas columnas de migrantes aventurándose en las maniguas centroamericanas, los flujos expulsados hacia países como el nuestro por tiranuelos como Ortega o Chávez. En punto a antigüedad, las corrientes migratorias con destino a los Estados Unidos, reconocen un poderoso antecedente mejicano y uno más reciente con características diferenciadas, el caribeño, que a las motivaciones económicas, a la búsqueda de mayores posibilidades y un mejor nivel de vida, suma las causales políticas que impulsaron e impulsan a los balseros a jugarse la vida en el mar Caribe.


De suyo que los "Éxodos" americanos como si dijéramos tradicionales, tanto los "mojados" enfrentados a la "Migra", la "border Patrol" en la frontera del río Grande, como los que soñando con Miami buscan eludir a la Guardia Costera yanqui, presentan características diferenciadas que los aparentan menos nocivo que el mahometano, principalmente por la permeabilidad de sus masas a la integración con otras culturas y la ausencia del fanatismo religioso y la intolerancia terminal de la musulmana.


Un tercer elemento americano, que requeriría una reflexión aparte, son las masas provenientes de países centro americanos pauperizados, que también en busca de una vida mejor se lanzan en grandes columnas que cada vez chocan más, y son obstaculizadas en el tramo mejicano de su odisea.


Muy diferentes, son los Éxodos o las migraciones que constituyen el leitmotiv de esta nota que tienen motivaciones y mecánicas diferentes, y son o debieran ser de interés para la Historiografía correntina, porque acontecen en una etapa crítica del proceso histórico revolucionario, pero sobre todo porque quienes podemos identificar como las figuras protagónicas, están estrechamente vinculadas al proceso histórico provincial.


Uno de ellos, es la célebre "redota" de los Orientales, acaudillados por José Gervasio Artigas, que tiene lugar en el año 1811, y es un movimiento masivo de la población uruguaya, que puede haber involucrado hasta diez y seis mil personas, se prolongó por más de sesenta días y recorrió más de quinientos kilómetros.


El otro, es la ejecución de una táctica de tierra arrasada, implementada por el General Manuel Belgrano en 1812, con el Ejército del Norte y la población de Jujuy, asolando los campos, destruyendo las viviendas y retirándose hacia Tucumán, adonde también fueron enviadas las mercaderías. Del total estimado de unos tres mil quinientos habitantes de Jujuy y su jurisdicción, aproximadamente la mitad marchó en el éxodo, recorriendo unos trescientos sesenta kilómetros.


La "redota", es un hecho fundacional para la identidad uruguaya, la "Orientalidad", y en su conjunto de una acabada muestra de las dotes de caudillo de Artigas quien, por cierto, habla de emigración para caracterizar aquel espléndido movimiento de masas, donde el ligamen fundamental era la adhesión voluntaria de los orientales que participaron en ella.

El "Éxodo" jujeño que, una vez más, conmemoró su aniversario hace pocos días, el 23 de agosto, fue otra de las patriadas de ese grandísimo guerrero que fue Belgrano, que de grado o por fuerza despobló Jujuy con pena de la vida para quien hesitase en actuar con el heroísmo que la hora demandaba. El Bando del gran General advierte a todos, hacendados, pobladores de la Provincia, comerciantes, que serán tenidos por traidores a la Patria "todos los que a mi primer orden no estuvieran prontos a marchar…sean de la clase y condición que fuesen, pasados por las armas inmediatamente, sin forma alguna de proceso, incluso los que con sus hechos y sus conversaciones infundan desaliento. Y sólo se requieren dos testigos para que tan dura disposición se cumpla.


Una cosa tienen en común la Redota y el Éxodo: el triste papel jugado en ambos casos por los hombres de Buenos Aires, que terminarán poniendo precio a la cabeza de Artigas, y ordenando a Belgrano que se retire hasta Córdoba.


Belgrano el guerrero y Rivadavia, el Triunviro. Los dos son porteños, los dos son abogados, pero Belgrano con su desobediencia a esa orden, dará a la Patria las dos victorias que salvan la Revolución, Salta y Tucumán, y eso con un ejército aplastado por su feroz derrota en Huaqui, al que con la misma energía, la misma dureza que ya mostrara en su expedición al Paraguay, le insuflará mordiente a fuerza de rigor y disciplina.


Y los dos son héroes que Corrientes se debe a sí misma. Belgrano, porque fue bajo su mando que por vez primera los correntinos fueron a la batalla en nombre de nuestra gran Revolución. Artigas, por los años que acaudilló nuestra Provincia cuando integraba la Liga de los Pueblos Libres. Por sobre todo, porque fue quien sembró en nosotros la semilla del federalismo.


De ambos, Belgrano es seguramente el caso más curioso. Él y San Martín encabezan nuestro panteón, pero como guerreros, nadie duda en otorgar una merecida palma al vencedor de los Andes, que era un soldado profesional y de excepción, y sin embargo Belgrano, ese improvisado genial tan bueno para un lavado como para un barrido, al que la Revolución recurrió cada vez que fue cuestión de vida o muerte hallar un jefe que pudiera encabezar sus ejércitos y deshacer entuertos no le va en zaga. Un hombre al que no amilanaban las derrotas y que no se envanecía de sus triunfos y que, como soldado, por cierto mostró una admirable capacidad para obedecer.


El Éxodo y la Redota. Momentos revolucionarios que debieran darnos aliento para recordar quienes somos y de dónde venimos, como pasado legítimamente nuestro o asumido como tal, y porque viviendo una época tan necesitada de figuras heroicas, puede ayudarnos dar un mayor protagonismo en nuestro panteón a José Gervasio Artigas, como una forma de potenciar nuestro federalismo más allá de las fórmulas huecas y las frases altisonantes, y reivindicar a Manuel Belgrano como un prócer que es tan nuestro como puede serlo para Jujuy, Salta o Tucumán, Después de todo, sus logros diplomáticos en Paraguay también debieran ser objeto de evocación, y fueron en última instancia el producto de derrotas heroicas.

0 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comentarios


bottom of page